viernes, 30 de julio de 2010

Los Latigos- Inrockuptibles año 98

Para hoy viernes les dejo este analisis sobre el disco debut de Los Latigos.Fué publicada en la revista Los Inrockuptibles en su edición de Septiembre en el año 1998.Tabien les dejo una publicidad de la epoca que los fans de la desaparecida banda lo sabrán apreciar.Dicha revista fué rescatada por Walter Avellaneda.


El techno, el rock y el funk se condensan hábilmente en el debut de Los Latigos. Para bailar y cantar.


Víboras electrónicas
Los Látigos Premier (Reina de corazones)

Un misterioso papelito en una copia de adelanto clasifica así los temas del álbum debut de Los Látigos: del uno al cinco, “pop”; del ocho al once, “up”: el siete, “lento”; y el seis, “K”.
Manuscritas y sin intención de trascender, estas notas pueden ser
obra de alguno de los músicos o quizá de algún técnico.
Cualquiera sea el caso, dejan al descubierto la idea de acomodar los tracks por género o intensidad. Pero el conjunto merece
etiquetas un tanto más ambiguas. Mezclado por Daniel Melero, Premier se presenta con Esfera, anunciando problemas para los parlantes del equipo: el ruido electrónico y la saturación general
obligan a constatar el correcto funcionamiento del hardware, una broma que demasiados grupos nos vienen jugando desde hace tiempo. Sin embargo, lo que parece en un primer momento una producción de Richard P.James no tarda en despejarse en el funk más humano de Pánico y de buena parte del resto del disco. A grandes rasgos, Los Látigos conjugan techno y rock en un sonido propio, característico de este año en que vivimos de rave en rave. Por lo pronto, ellos no llegaron a mimetizarse con la fiebre electrónica sino que tomaron de ésta lo que más les gustó: ritmos galopantes y descargas digitales. Está claro, y Premier es un buen ejemplo, que entre las miles de personas que pasan por las particulares raves vernáculas hay muchos roqueros inclaudicables. En ese sentido, ellos son –o podrían ser- algunos de los más receptivos, tanto como para haber dejado que Melero entrara al estudio. Con ese punto de partida, la otra referencia que
redondea el concepto Látigo es la del funk, en su cadencia y en su pretendida coolness. Así, sobre la plataforma techno, que por cierto incluye muchos de los efectos especiales más de moda,
persisten las guitarras a lo Dave Navarro. Y en cuanto a la voz, aunque no pocas de sus bases invitan a hacerlo, Los Látigos definitivamente no rapean. Al menos no más de lo que lo
intentaba Charly García en El rap de las hormigas. Ensayan ese tipo de fraseo previo al rap, irremediablemente blanco, casi coloquial. A diferencia de sus tíos tecnorockers del Norte, la banda no tienen slogans sino letras. Como explícitamente indica aquel machete. Los temas se reparten la misión de estimular distintas parte del cuerpo: cinco tarareables, cuatro danzables. Después queda el “lento”, Tu luz, como muestra –bastante efectiva- de que aún Los Látigos tienen sus días melancólicos. Por último, el significado de “K” permanece como la gran incógnita.

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