Hoy comparto con ustedes el video oficial de Supernatural, que es el primer corte de difusion del flamante disco de Daniel Melero tambien titulado Supernatural.
Supernatural - Daniel Melero (2011) from
COMPLEX on
Vimeo.
Les dejo la mejor reseña que econtre sobre el nuevo disco a cargo de la gente de Los Inrockuptibles.
El arranque de Supernatural es puro krautrock, base metronómica y teclados espaciales para correr rápido hacia otra galaxia. Recuerda a “Hallogallo” de los increíbles Neu!, pero la cita se corta en la voz de Daniel Melero: “La gente camina y respira, va por las calles viviendo su vida. Y cree que sabe, y cree que entiende y entonces… ¡Supernatural!”, dice la letra. “Sí, los primeros compases se parecen a Neu!, son seres sonoros de la misma especie, pero ‘Supernatural’, en su evolución, atraviesa muchas ramificaciones, que en ‘Hallogallo’ están omitidas. Finalmente, ambas composiciones son muy distintas en forma y significado”, admite Melero, y abre el juego a su nuevo álbum de variedades, en donde nada es lo que parece. El solista iconoclasta continúa la línea de exhuberancia pop iniciada en Por (09), tal vez el disco más radial de Melero en la última década, aunque las radios no acusaron recibo. La novedad abraza a la evolución en varios sentidos: aquí se nota la presencia de una banda establecida que comparte autoría y riesgo en los modos de abordar formatos, que van desde la canción pura hasta oblicuas intervenciones electrónicas. Entre el clasicismo y el laboratorio, la clave son las preocupaciones que abordan al hombre ansioso, siempre desvelado por una agenda que traspasa al rock y sus necesidades básicas: la sucesión infinita de números naturales o las investigaciones de Nikola Tesla que formó las bases de los sistemas modernos de potencia eléctrica por corriente alterna. “Titular el disco me resultó tedioso, desde hace tiempo el rizoma, lo autopoiético, lo fractal, lo no lineal, las plantas, Fibonacci, Tesla, los aspectos que no comprendemos de las energías que a diario utilizamos, la estupidez de la supuesta seguridad de criterio en que vivimos son temas que me interesan, y en este disco fueron núcleo del concepto general en todo el proceso de su desarrollo. Sintetizar eso en el título es engorroso, y de poco interés. Hasta me aburre contarlo. Así que me di el gusto de ponerle el título del primer track y sonreí.”
Supernatural suena a formación establecida (“hemos compartido muchas ideas, intentos y resultados que ahora son un registro más detallado”, cuenta DM), a combo curtido en ensayos libres que luego subieron al escenario en forma de improvisaciones. Según Melero, esta dinámica otorgó a la banda una sensibilidad general: “Fuimos al estudio con conceptos muy abiertos y extraviamos los mapas de cada canción, el cuerpo total del álbum se registró en unas treinta horas”. Como nunca antes, el cantante y productor comparte la autoría de los temas con Félix Cristiani (bajo), Tomás Barry (guitarra) y la batera de las Kellis, Silvina Costa. La suma de voluntades también alcanza a los Diegos de Babasónicos, Tuñón y Rodríguez.
Debajo de la cáscara, aparecen perfectos retratos con la experiencia como arma de doble filo (“La perspectiva”) o la simple invocación de los modos de vida actual (“Tantas cosas”). A lo largo del disco se escuchan charlas de estudio (“La puerta”), gente trabajando (“Así”) y un ruido electrónico como si se tratara de una cinta transportadora (“El insecto”). También hay canciones con chapa de futuro clásico. “Por el río” es la mejor versión de Melero nadando en su romanticismo existencial, aquel de “Trátame suavemente” o “Quiero estar entre tus cosas” regresa en versión madura, casi como una chanson aérea: “yo me iré con el río”, dice la letra, mientras un sintetizador crea remolinos en el agua.
Ensoñación en los climas, misterio y exploración, Supernatural esconde historias y una de las mejores aparece en “Pequeño Aleph”. Imaginemos a Melero en el Barrio Chino husmeando chucherías, hasta que se topa con un caleidoscopio en desuso: “La historia es en parte real, y en parte ficción. Como anécdota pueril, el día que me llevé ese caleidoscopio roto estaba buscando un regalo de cumpleaños para Adrián Dárgelos”. El tema dura más de siete minutos y cubre con notas mínimas la llave de acceso hacia los mundos olvidados que esconde el objeto milagroso. La alusión a Jorge Luis Borges también aparece en “Tantas cosas” (“Me atreví a jugar con su poema ‘Las Cosas’”). El dueño de las estrategias fatales lo hizo una vez más: pasa el tiempo y Melero permanece inasible, independiente y vital.
Por ultimo les dejo un "cuasi-documental" que es el punta pie inicial del disco podriamos decir.
Donde encontrar los puntos de venta del disco: